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Paisaje

Arquitectura: Torre Bicentenario: Delirio obsesivo, sueños megalómanos [Vladimir Kaspé, Rem Koolhaas].

Este articulo me parecio muy interesante, habla sobre la posible demolición del conjunto ubicado en Pedregal núm. 24, colonia Molino del Rey [Lomas de Chapultepec], incluido desde 1990 en la relación de Inmuebles con Valor Artístico del Instituto Nacional de Bellas Artes [INBA], y es lamentable que en Mexico no se valore el patrimonio arquitectónico mexicano del siglo XX, cuando acaba de ser reconocido a escala mundial al declarar a Ciudad Universitaria Patrimonio de la Humanidad. Además, el edificio pretende conmemorar el bicentenario de la revolucion mexicana, y en este caso no deberia ser un arquitecto mexicano??.


La direccion fuente es: http://noticias.arq.com.mx/Detalles/9432.html

Aguilar Maldonado Luis Antonio
Psicología del paisaje


Artículo

Edificio diseñado por el renombrado arquitecto holandés Rem Koolhaas, y que pretende llevarse a cabo en la Ciudad de México. Esta torre, de 70 pisos y de 300 metros de altura será construida con el apoyo del gobierno de la Ciudad de México, en un predio de 3,800 m2. (Vie Ago 24 2007)

Rem Koolhaas es uno de los arquitectos contemporáneos más reconocidos internacionalmente. Ha sido galardonado en muchas países y pertenece al circulo selecto que ha sido premiado con la medalla Pritzker.

Para éste arquitecto holandés las enseñanzas de los antiguos maestros en relación a la planeación urbana han pasado a formar parte del baúl de los recuerdos. Kolhaas, en innumerables ocasiones ha manifestado que el urbanismo no existe, pues el hombre del siglo XXI no vive en aldeas sino en edificios.

De acuerdo a las teorías propuestas por Koolhaas el urbanismo es simplemente una disciplina en decadencia. Para él, preservar y pensar en las áreas urbanas es absurdo en los tiempos modernos. Sólo deben destacar las estructuras arquitectónicas y no los espacios públicos. Desde los años 90 ha realizado proyectos de estructuras de gran escala bajo el concepto de bigness, en donde ha propuesto la construcción de la ciudad dentro de la misma ciudad, es decir que para él el problema de la arquitectura radica fundamentalmente en cómo en un único edificio pueden superponerse el mayor número de actividades, inclusive, las de servicios de entretenimiento [cines, teatros, bares, etc.], así como los educativos [escuelas bibliotecas, etc.] y comerciales [tiendas de autoservicio, boutiques, etc.].

La postura de Koolhaas es sumamente pretenciosa, incluso él mismo ha reconocido que el simple hecho de que su despacho lleve el nombre de Office for Metropolitan Architecture [OMA] hace que cualquier cosa que se lleve a cabo sepa a poco [Sic.].

¿Delirio obsesivo o sueños megalómanos? Quién sabe, lo que es cierto es que Koolhaas es un provocador, que en innumerables ocasiones ha criticado las exigencias del mercado inmobiliario, así como al sistema publicitario bajo el que se maneja la arquitectura contemporánea, que paradójicamente -a él mismo- lo ha llevado a la fama.

La actitud de Koolhaas lo proyecta como el arquitecto preferido no sólo de grandes empresas si no también de los gobernantes de algunos países del mundo. La magnitud de los edificios diseñados por Koolhaas más que resolver las necesidades de los individuos, trascienden su función para convertirse en símbolos, ya sea del poder económico o del poder político. Esto no es nuevo pues desde la antigüedad la arquitectura además de haber sido la expresión de los
espacios de los sistemas sociales, también ha sido una manifestación clara de fuerza y poder.

Cuando la arquitectura se diseña con sentido político o busca un impacto mediático puede, sin lugar a dudas, acompañarse de efectos ominosos o funestos, sobre todo cuando ésta se erige como un mecanismo de propaganda que más que enriquecer la belleza y funcionalidad de los espacios los destruye. La historia nos ilustra con obras "faraónicas" y con destellos de un poder político avasallador que se filtra y penetra en el mundo de la estética. Aunque parezca reiterativo, sólo basta hacer una revisión de la historia para comprobar que la arquitectura ha jugado un papel fundamental en los regímenes totalitarios o dictatoriales.

Uno de los ejemplos más claros de cómo la arquitectura puede ser arrebatada por un régimen dictatorial y ser utilizada como un instrumento para manipulación de las sociedades, fue la arquitectura Alemana de las décadas de los treintas y cuarentas. El efecto psicosocial sigue siendo material de estudio de sociólogos, psicólogos y politólogos. Su impacto más que estimular la sensibilidad artística la anulaba para dar paso al comportamiento de fuerza y poderío.

Así como muchos gobernantes a lo largo de la historia han utilizado la arquitectura como un recurso para demostrar su poderío sin considerar las consecuencias psicosociales y políticas que esto implica, también algunos arquitectos, en innumerables ocasiones han hecho de esta disciplina un espacio autoritario, en el que lo único que se evidencia es el individualismo y la retroalimentación de los egos personales sin importar la utilidad y las necesidades de los usuarios... más que darles respeto exhiben una "amable" indiferencia hacia el otro.

Lamentablemente, ambos fenómenos ilustran perfectamente lo que esta sucediendo con el proyecto denominado "Torre Bicentenario". Edificio diseñado por el renombrado arquitecto holandés Rem Koolhaas, y que pretende llevarse a cabo en la Ciudad de México.

Esta torre, de 70 pisos y de 300 metros de altura será construida con el apoyo del gobierno de la Ciudad de México, en un predio de 3,800 m2 ocupado actualmente por el Súper Servicio Lomas, una obra realizada por el arquitecto Vladimir Kaspé y única en su tipo, pues es una valiosa muestra de la arquitectura comercial de los años 40 en México. Por esta razón, el inmueble incluso ha sido catalogado como patrimonio histórico por el Instituto Nacional de Bellas Artes [INBA].

Para el gobierno del Distrito Federal no importa ni el valor histórico de esta importante obra, ni el impacto que tendrá en la vida de los individuos que habitan la Ciudad de México, lo importante son los intereses económicos de un pequeño grupo de empresarios que representan al grupo Danhos, promotor del rascacielos.

La imagen que da vida a esta megatorre es una proyección de dos pirámides sobrepuestas, unidas por sus bases. El tamaño de esta obra es "gigantesca" como muchos de los delirantes y obsesivos proyectos diseñados por Koolhaas y proporcional al sueño de un megalómano que en lugar de proponer la recuperación urbana de la ciudad más poblada del mundo rompe con las reglas del entorno y agrede a sus habitantes.

En este caso la arquitectura acompaña la decadencia de los valores éticos que se van produciendo en las sociedades modernas. Arquitectos carismáticos, devenidos en diseñadores de moda; gobiernos absolutos, disfrazados de democracia.



Por: Valentina Olmedo [editor arq.com.mx]

 

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